miércoles, 23 de marzo de 2016

Durante algunos años pasé muchas veces por el aeropuerto de Zaventen – Bruselas; paseé por sus calles; usé su metro.
Hoy siento el horror de los atentados criminales en aquella ciudad de la que conservo muchos buenos recuerdos.

He vuelto a escuchar a Jacques Brel, su canción de amor y tristeza: “Ne me quitte pas”.

1 comentario:

Elvira dijo...

Mucha tristeza e impotencia.