viernes, 5 de febrero de 2016

“LEGADO EN LOS HUESOS” de DOLORES REDONDO es la segunda parte de la Trilogía que comenzó con “El guardián invisible”.
Una de las víctimas de la novela anterior fue la joven Johana Márquez y el juicio contra su padrastro, el asesino, va a empezar. Amaia Salazar, inspectora  jefa de Homicidios en la Policía Foral de Navarra, que investigó el crimen, está en el Juzgado para asistir al mismo. Está en los últimos días de su embarazo. El juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado. El acusado ha dejado una nota dirigida a la inspectora que contiene un inquietante mensaje: «Tarttalo», un ser mitológico, un cíclope de un ojo que se dedicaba a descuartizar a sus víctimas.  Este formará parte de una serie de muertes con características parecidas y en todos aparece el mismo mensaje "Tarttalo". Se trata de suicidios protagonizados por acusados por violencia de género que, aparentemente, nada tienen que ver unos con otros. Amaia Salazar empieza a investigar y a encontrar que son varios los puntos en común.
En Arizkun, un pueblecito del valle del Baztán, unos desalmados han profanado por dos veces la iglesia, dejando unos huesos humanos de recuerdo. Amaia será la encargada de investigar el caso. Parece un caso sin importancia, pero la Iglesia tiene interés en que se resuelva pronto el asunto y ha solicitado expresamente su intervención. Entre los restos del fuego ocasionado sobre el altar aparece lo que suponen es un mairu beso, el brazo del esqueleto de un niño que ha muerto sin haber sido bautizado, algo que entronca con una tradición del Baztán. La investigación apunta a los agotes, un grupo de ciudadanos considerado desde la antigüedad como inferior, y que en aquella comarca sufrió durante años la segregación social y religiosa.
En la novela importa la evolución personal de la protagonista: su vida como esposa, como madre y como mujer. Amaia está acostumbrada a la perfección en su trabajo  y como madre pretende hacer lo mismo, pero se encuentra con el problema de todas las madres trabajadoras: lo imposible de la conciliación familiar y el trabajo. En su caso todo se agrava porque al no tener ella misma una madre normal, quiere hacerlo todo bien con su bebé. La maternidad tiene importancia en esta novela. Amaia debe bucear en sus recuerdos y en los de sus familiares para tratar de desvelar cosas que ocurrieron en el pasado; cosas que  pueden llegar a ser tan criminales como los asesinatos del presente… La madre de Amaia es malvada y tiene unos sentimientos hacia su hija nada naturales. La autora  nos va a sumergir de nuevo en el ambiente del Valle del Baztán, que por sus características naturales, el misterio y la magia de las leyendas que en él habitan, se convierte en un escenario apropiado para una novela.
Aunque Amaia ha logrado controlar los fantasmas de su pasado, sigue habiendo cosas que desconoce y que tendrán mucho que ver en su historia personal. Determinados momentos  nos van a llevar a la niñez de Amaia y a su nacimiento y vamos a descubrir algunos de estos hechos oscuros y siniestros que tendrán que ver con la investigación.
Es también una novela que bucea en los orígenes del miedo y de la maldad como impulsos íntimamente ligados al ser humano.
A Amaia Salazar, la acompañan su marido James, afamado escultor estadounidense afincado en Pamplona, el pequeño Ibai, su primer hijo. Comparte sus pensamientos con su tía Engrasi. Flora y Rosaura son las hermanas de Amaia. Flora  ha optado por trasladarse a Zarautz para rodar el programa diario que sobre repostería hace en la televisión nacional y Rosaura se ha hecho cargo de la empresa Mantecadas Salazar en el pueblo.
Son personajes importantes en la novela Jonan Etxaide, subinspector ayudante de Amaia, antropólogo y arqueólogo; Fermín Montes, inspector expulsado durante un tiempo del cuerpo, vuelve de nuevo para pasear cierta chulería, pero también su eficiencia y resolución. El juez Markina es quien permite reabrir el caso del tarttalo. El padre Sarasola, doctor en psiquiatría,  ejerce las funciones de agregado del Vaticano para la defensa de la fe, vinculado al Opus Dei, goza de gran influencia entre la curia romana. Será el encargado de llevar el caso de las profanaciones y también se encargará de estudiar directamente el caso de esquizofrenia de Rosario Iturzaeta, madre de Amaia.

El argumento de la novela se complica, pero al final todas las piezas encajan y se resuelven las investigaciones de una forma perfecta no exenta de sorpresas. 

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