domingo, 13 de septiembre de 2015

Hace algún tiempo leí “EL CASO CASAS VIEJAS: CRÓNICA DE UNA INSIDIA 1933-1936” de TANO RAMOS, ganador de la XXIV edición del Premio Comillas. Una investigación profunda y rigurosa sobre lo sucedido en la tragedia de Casas Viejas.
El 11 de enero de 1933, en aquel pueblo de Casas Viejas en la provincia de Cádiz, un grupo de campesinos asaltó el cuartel de la Guardia Civil ocasionando dos muertos. Cuando se sofocó la revuelta por guardias de asalto, se asesinó a 20 personas, entre ellas 14 mujeres y niños que se había refugiado en una cabaña a la que prendieron fuego. La prensa monárquica más reaccionaria, en coincidencia con la prensa anarquista, responsabilizaron  inmediatamente al Gobierno y especialmente a Manuel Azaña, Presidente del Gobierno de la República. Un capitán del Estado Mayor declaró en el juicio que había sido Azaña quien había ordenado no hacer prisioneros ni heridos, y que había añadido aquella terrible y famosa frase “tiros a la barriga”. La leyenda que culpaba a Azaña le persiguió hasta su muerte en el exilio en Francia.
Tanos Ramos, periodista gaditano, indagó sobre los sucedido realmente, sobre las contradicciones de los testigos en el juicio y sobre las diferentes versiones de las informaciones publicadas en la prensa. Inicialmente no consiguió hacerse con el sumario. Le dijeron que había desaparecido. Finalmente, después de un intenso trabajo de investigación, consiguió una copia del sumario que guardaba la hija de uno de los abogados que intervino en la acusación contra el Capitán Rojas, supuesto responsable de la masacre.
Sobre lo sucedido en Casas Viejas, hubo dos juicios, uno en mayo de 1934 y otro en junio de 1935, al que fue llamado a declarar el propio Azaña, que reconoció haber ordenado sofocar las revueltas anarquistas, pero que jamás autorizó la represión y el fusilamiento.

El capitán que había declarado aquello de “tiros a la barriga” se desdijo, pero el mal ya estaba hecho. Todo fue una hábil maniobra organizada por sectores reaccionarios que encontraron un buen vehículo de difusión en algunos medios de comunicación. Aquellos sectores aparecieron después vinculados al golpe militar del 18 de julio de 1936.

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