miércoles, 8 de julio de 2015

ERNESTO CARDENAL (1925), fue uno de los símbolos de la revolución sandinista en Nicaragua, alejado desde 1994 del sandinismo que trata de representar Daniel Ortega y su grupo, humillado públicamente cuando el Papa Wojtyla visitó Nicaragua y Cardenal era miembro del legítimo gobierno de aquel país, un hombre honesto,  uno de los activos de la Teología de la Liberación y un poeta que merece la pena leer. Le tocó vivir la etapa siniestra de su país entre 1937 y 1979 cuando se turnaron en el poder Anastasio Somoza García, Luis Somoza Debayle y Anastasio Somoza Debayle. En 1979 con el triunfo de la revolución sandinista fue nombrado Ministro de Cultura y desempeñó el cargo durante nueve años. Su poesía es rica en recrear valores humanos, comprometida, y aunque haya poemas que responden a momentos y circunstancias concretas, los textos de Ernesto Cardenal mantienen el interés de algo que supera lo meramente formal.
Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.

                                      (De Epigramas, 1961)

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