OCTAVIO PAZ nació en 1914 y falleció en 1998. Premio Cervantes en 1981 y Premio Nobel en 1990.

Le preocuparon temas como la rebelión, el sentido de las revoluciones, como la Revolución Mexicana, las relaciones con el poder, la propia historia de México, los fanatismos a los que conduce la identidad, la democracia en América Latina… Octavio Paz es un referente de la cultura y de la política contemporánea.

Su mejor poesía está en “El laberinto de la soledad”, publicado en 1950.

Renunció al puesto de embajador en la India después de lo sucedido en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco en 1968 con el Gobierno de Díaz Ordaz.

Enrique Krauze ha escrito que fue el hermano mexicano de Albert Camus; el hermano mexicano de los disidentes de la izquierda europea. Vargas Llosa le definió como un pensador rebelde.

Criticó los fundamentos ideológicos de la Revolución Rusa (y la de China y la de Cuba) y revaloró la democracia desde una perspectiva socialdemócrata. Desde esa perspectiva crítica denunció las dictaduras militares y criticó los movimientos guerrilleros de América Latina. Fue un intelectual incomprendido por algunos sectores situados en la llamada izquierda ortodoxa.

Paz, con otros desencantados como Semprún, Edwards o Vargas Llosa no aceptó la posición “oficial” de la izquierda latinoamericana de no aceptar una crítica a Cuba y de considerar “globalmente positivo” lo ocurrido en la Unión Soviética y en los Países del Este. Se desilusionó del pensamiento marxista cuando en la década de los 70 conoció la realidad del régimen comunista de la Unión Soviética. Llegó a ser acusado de reaccionario por los viejos / nuevos inquisidores.

Fue el primer Nobel después de la caía del Muro de Berlín; el poeta combativo de la paz. Octavio Paz creía en una democracia que por terrenal era mejorable y no aceptaba la ciega revolución redentora y celestial. Le interesó siempre un socialismo con vocación liberal. Eran obsesivas sus referencias a las derivas autoritarias y a los totalitarismos del pasado siglo.