jueves, 26 de enero de 2012

Uno de los últimos libros que he leido: “Hammerstein o el tesón” de Hans Magnus Enzensberger.
El libro aborda el periodo más siniestro de la historia alemana a través de la figura del barón Kurt von Hammerstein-Equord (1878-1943), el general que en 1930 asumió el mando del ejército y se retiró después de que, en 1933, Hitler revelara sus planes en una reunión secreta. Apenas consiguió el cargo de canciller, Hitler se reunió con los generales de los tres ejércitos y les comunicó sus planes: aniquilar el marxismo, deportar a los judíos, invadir Europa, expulsar de sus tierras a los pueblos eslavos, liquidar los restos de la República de Weimar y consolidar un Estado totalitario, sin reconocer más derechos que la fuerza y la raza. Nadie manifestó su desacuerdo, pero el barón Kurt von Hammerstein, jefe del Alto Mando, experimentó una profunda repugnancia interior, que se acentuó al conocer el incendio del Reichstag. “Sin duda han sido ellos”, exclamó indignado.
Opositor del nacionalsocialismo, Hammerstein fue un testigo insobornable de su época y de la decadencia de su clase social, la nobleza militar alemana. Además de centrarse en la figura del general, el autor describe la vida, trágica en ocasiones, de su mujer y sus siete hijos, nos habla de las catástrofes del siglo XX, de traiciones, de espionaje, de la resistencia alemana al nazismo, del fallido atentado del 20 de julio y de personas obligadas a llevar una doble vida.
Murió el 23 de abril de 1943. La ceremonia fue discreta y la familia se negó a que la bandera nacionalsocialista cubriera el ataúd. Si no hubiese fallecido, Hammerstein habría tomado parte en el fallido golpe del 20 de julio de 1944… como de hecho hizo uno de sus hijos.
Hammerstein no hizo ninguna clase de proselitismo entre sus hijos, pero es indudable que su temperamento influyó en ellos. Helga, Maria Theresa y Maria Luise se comprometieron en mayor o menor medida con el antifascismo, llegando en algunos casos a establecer relaciones sentimentales con judíos o realizando trabajos de espionaje para el Partido Comunista. Los hijos varones -especialmente Kunrat- colaboraron de forma discreta en la conspiración del 20 de julio. A pesar de las raíces aristocráticas y la pureza germánica, Maria Hammerstein, esposa del general, nunca mostró apego por los valores tradicionales.
“Hammerstein o el tesón” es un ensayo brillante, que emociona como una novela policíaca y profundiza con el rigor de un historiador minucioso y honesto.

3 comentarios:

Elvira dijo...

Suena muy interesante. Saludos, Jesús!

Escéptico dijo...

El libro, Elvira, es muy bueno.

Ricardo Signes dijo...

Tácito habla en su "Germania" de la que considera la característica más singular de ese pueblo: su obstinación, que es el reverso del tesón. La historiografía y la novelística están repletas de protagonistas que encarnan esa caracvterística, pero casi siempre en su vertiente negativa, la obstinación, como una vocación hacia el mal. Por eso me alegra encontrar otras, como esta que tan brillantemente nos presentas, en la que brilla el otro lado y que me recuerda a una novela que he leído recientemente: "Solo en Berlín", de Hans Fallada.
Saludos