domingo, 27 de febrero de 2011

En su momento leí la primera novela de MERCEDES CASTRO “Y PUNTO”, con la policía Clara como protagonista, una mujer desenvuelta que debe vivir en un mundo policial de hombres. Me pareció una buena novela. Ahora he leído su novela “MANTIS”, donde Teresa la protagonista nunca dice tacos y siempre viste de marcas.
Su nueva novela es la historia de una especie de mujer fatal que trata de huir de su destino, un texto lleno de ironía, de suspense. Teresa es una cocinera de éxito, una chef muy mediática, “una pijaza guapa” dice la autora, que vive en un caserón misterioso y que carga con un pasado duro y con una madre poco dada a los afectos. La maldad del personaje está en su pasado y ella que lo recibió lo está ahora devolviendo con un aire no exento de venganza. La autora nos irá suministrando ese pasado de Teresa en pequeñas dosis.
Teresa, una mujer relativamente joven, mata a los hombres: un consejero delegado de una editorial, un librero, un artista, un joven que se cruza en su vida…amantes que desaparecen sin dejar rastro.
Teresa Sinde, dueña del restaurante “Barbantesa”, oculta secretos en sus fogones donde prepara platos efímeros que despiertan pasiones, sabores imposibles de identificar, misteriosos como su vida, rebosantes de ingenio, de enigmas y de ingredientes que nadie sabe descifrar.
Me ha gustado la novela y tiendo a pensar que Mercedes Castro se puede consolidar como una magnífica escritora.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Para que quede constancia en este Diario.
El pasado sábado día 19 por la tarde, mi hija tuvo una niña por lo que desde ese momento me he convertido, también, en abuelo.
Tanto la madre como la niña se encuentran perfectamente.
Y los abuelos está encantados.

jueves, 17 de febrero de 2011

Después de 18 días y con el resultado de 300 muertos y un número desconocido de desaparecidos, el 11 de febrero de 2010, Hosni Mubarak abandonaba el poder que detentaba desde 1981. Egipto quedaba en manos del Consejo Superior de las Fuerzas Armas cuyo jefe máximo es el Ministro de Defensa Mohamed Husein Tantawi, cercano a Mubarak.
Los militares se han comprometido a implementar los cambios, a reconocer la legitimidad de los que han protagonizado la revuelta popular y a convocar elecciones libres. Con este “golpe blando” las fuerzas armadas tutelarán “el traspaso pacífico del poder, en el marco de un sistema democrático libre, a una autoridad civil elegida para gobernar el país y construir un estado democrático y libre” y han declarado que “respetará todos los acuerdos y tratados regionales e internacionales”.
Israel desea una transición pacífica y siente preocupación sobre el resultado final de la revuelta en Egipto. No será igual que se incline hacia un islamismo activo y militante donde el sunismo siga el modelo del chiismo en Irán o hacia un sistema laico con democracia real aunque tenga presencia de islamistas moderados.
El periodista israelí Yediot Ajaronot, escribía que sería deseable que se construyera un Estado que “no fomente la discriminación de la mujer, el repudio a la democracia y el odio a los judíos”.
La preocupación de la diplomacia de Estados Unidos y de los países occidentales es constatar que la única oposición cohesionado en los estados árabes con regímenes autoritarios es la islamista. Estos regímenes se han cuidado de quebrar los intentos de la oposición por articularse como movimiento influyente. Por ello hoy en los países donde se manifiesta una opinión pública discrepante con sus gobiernos, la oposición aparece como frágil y desarticulada, pero comparten las ideas básicas de libertad, progreso y justicia.
A la mayoría nos gustaría que en Egipto una democracia sustituyera a una dictadura, pero no sería deseable que se alteraran los actuales equilibrios en región. La democracia no siempre aporta certezas, pero las dictaduras no cierran todas las incertidumbres del futuro y en estos momentos, ante lo que está sucediendo en las sociedades árabes, habrá que optar entre la estabilidad del autoritarismo y la coherencia de la libertad.
Occidente ha apoyado regímenes autoritarios para favorecer acuerdos comerciales sin que la cláusula vinculando ayudas al respeto a los derechos humanos se haya activado, para mantener controlados los movimientos migratorios y para contener la expansión del islamismo radical. Lo sustancial hoy, son las corrientes democratizadoras laicas como instrumentos para alcanzar la paz en la región, satisfacer las demandas cívicas más urgentes tanto morales como económicas y construir regímenes donde se respeten los derechos, las libertades, la justicia y la dignidad.
En todo caso, aunque las motivaciones son bastante comunes, no conviene olvidar las diferencias entre los regímenes árabes autoritarios. No asistimos a revoluciones, sino a levantamientos, a movimientos de protesta y existen los riesgos de desestabilización ante las carencias de liderazgos civiles definidos y de estructuras de oposición organizadas.
Hoy se recuerda el escenario de Teheran en 1978 donde la continuidad del Sah era incompatible con las libertades y los derechos humanos, pero la falta de audacia para adelantarse a los acontecimientos terminó trayendo la dictadura de Jomeini y los ayatolás y arrastró a los movimientos laicos y de izquierdas que se habían movilizado para derrocar al Sah.
Estados Unidos trata de evitar situaciones fuera control y riesgos ante la salida de Mubarak y defiende una transición ordenada gestionada por un gobierno de unidad nacional que convocaría unas elecciones libres. Está en juego la existencia de Israel y las mayores reservas de petróleo del mundo.
La posición del presidente Obama no es la del intervencionismo amenazante de Bush, sino un intervencionismo desde las convicciones: “Estados Unidos ha dejado claro que estamos a favor de un conjunto de principios básicos. Creemos que deben respetarse los derechos universales del pueblo egipcio y que deben atenderse sus aspiraciones. Creemos que esta transición debe hacer patente un cambio político irreversible y un camino negociado hacia la democracia”.
Más de un comentarista ha recordado a 1989 cuando la caída del Muro de Berlín y su onda expansiva en los países del Este, incluida la Unión Soviética. Roger Cohen, corresponsal del The New York Times se preguntaba: “La cuestión fundamental en Egipto es: ¿estamos presenciando el Teheran de 1979 o el Berlín de 1989?”.
¿Qué papel jugará el islán político? ¿Tomarán como referencia la experiencia turca? ¿Estamos ante un nuevo panarabismo “aglutinado por la abominación de las dictaduras y no por el antiimperialismo ni el antisionismo”? (Lluis Bassets: El País 13.02.11).
La obligación de Occidente es mostrarles a estos países, como ha escrito Vargas Llosa (El País, 13.02.11), “nuestra solidaridad activa, porque la transformación de Oriente Próximo en una tierra de libertad no solo beneficiará a millones de árabes sino al mundo entero en general, incluido, por supuesto, Israel”

(Forma parte de un texto bastante más amplio en el que estoy trabajando sobre el conflicto entre israelíes y palestinos)

jueves, 10 de febrero de 2011

Leo un reportaje sobre Henry Clay Frick (1849-1919), multimillonario norteamericano vinculado a la industria del carbón y del acero y artífice de una de las mejores colecciones privadas de arte de Estados Unidos.
En 1905 se trasladó a Nueva York y adquirió en la Quinta Avenida unos edificios que, rehabilitados, se convirtieron en su residencia privada en 1915 y más tarde en la sede la Frick Colection.
A su muerte legó una parte importante de su fortuna a diferentes instituciones filantrópicas y benéficas, pero ordenó también una parte de su legado para gestionar y ampliar su colección de arte.
Su hija Hellen Clay Frick añadió a la colección de su padre la Frick Art Reference Library, una colección de libros especializados y un archivo fotográfico para documentar fondos de colecciones privadas de Europa y Estados Unidos.
El 11 de diciembre de 1935 se inauguraba la Frick Colection que hoy está considerada como uno de los mejores museos de Nueva York con más de 300.000 visitantes al año y una buena programación de actividades.

martes, 8 de febrero de 2011

Una de las últimas novelas que he leído: LA PLAYA DE LOS AHOGADOS de DOMINGO VILLAR
Una mañana el cadáver de un marinero es arrastrado hasta la orilla de una playa de Galicia. Tiene las manos atadas y eso descarta el suicidio. No puede ser otro más de los marineros que encuentra su tumba en el mar. No hay testigos y tampoco aparece el barco del ahogado. El inspector Leo Caldas se sumerge en el pueblo marinero. Trata de esclarecer el crimen y se encuentra con mujeres y hombres desconfiados, lacónicos.
Leo Caldas sigue manteniendo su colaboración radiofónica, aunque no le entusiasma. El hermano de su padre está enfermo. Su ayudante, el aragonés Rafael Estévez sigue sin entender a los gallegos entre los que se mueve, aunque comienza a apreciar el marisco y no ha abandonado su espíritu compulsivo a la hora de abordar los problemas.
A Leo Caldas, fumador habitual, policía poco convencional, le sigue gustando beber vino blanco en su taberna de siempre, pasear por las calles de Vigo y escuchar jazz. Y no le gusta montar en un coche porque tiende a marearse, el silencio de su casa, que le pregunten por Alba la que fue su mujer. Las razones del crimen deberá buscarlas el inspector en hechos sucedidos muchos años antes. Solo al final sabremos quién es el verdadero asesino. Es una novela policíaca con los ingredientes de una novela típica, pero los ingredientes, los ambientes, los paisajes, la ironía, la hacen atractiva y poco convencional.
Es autor también de la novela “Ojos de agua”

viernes, 4 de febrero de 2011

DORIS SALCEDO es una escultora colombiana que en 2010 recibió el Premio Velázquez de Artes Plásticas.
Una mujer comprometida en cuya obra, con la fuerza de su lenguaje conceptual, se deducen metáforas sobre el dolor de las víctimas de cualquier conflicto, sobre los dramas humanos que han forjado la historia…
La foto es del proyecto que Doris Salcedo desarrolló para el llamado “hall de las turbinas” de la Tate Modern de Londres: una fina y extensa grieta que secciona el suelo de cemento. Fue una intervención intensa, impactante, sorprendente, arriesgada. Como si se hubiera abierto una grieta en la historia y a través de ella viéramos las cicatrices que han ido marcando esa historia.

martes, 1 de febrero de 2011

NOTAS DE ESTOS DÍAS
La revista “TIEMPO DE PAZ”, en su número 98, publica un artículo mío que me habían pedido: “La crisis y América Latina”.
Una reflexión sobre la respuesta de América Latina a la crisis económica actual y sus desafíos de lucha contra las desigualdades y sus esfuerzos por la consolidación institucional.
Voy al teatro, aquí en Santander para ver el estreno en España de “LA AVERÍA”, un buen texto de Fernando Sansegundo a partir de un cuento de Friedrich Dürrenmatt.
Buena puesta en escena, buena interpretación y cuidada dirección de Blanca Portillo.
Un texto, corrosivo en momentos, sobre la ley, la justicia, la vejez y la juventud… Salgo satisfecho.
Como alumno comienzo la tarde del pasado 28 de enero un Taller organizado por el Aula de Letras de la Universidad de Cantabria “El rescate de Orfeo”, una aproximación a la literatura clásica greco-latina.
El tema me interesaba y a la vista de las fechas y horarios me matriculé.
Leo en la prensa que el pasado 24 de enero falleció en México el Obispo Samuel Ruiz. Tenía 86 años.
Se hizo conocido cuando intervino como mediador entre el Gobierno mexicano y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) del Subcomandante Marcos.
Conocí a este Obispo en su diócesis de San Cristóbal de la Casas en el Estado mexicano de Chiapas, donde mantuve con él un encuentro en el que la conversación giró fundamentalmente sobre los conflictos de Chiapas y los problemas de la población indígena.
Han pasado desde entonces quince años.
Conservo una foto de aquel encuentro. En su despacho había un cuadro con la imagen de Bartolomé de las Casas, que también fue Obispo en Chiapas.