domingo, 16 de octubre de 2011

Si llegas a la catedral de Gante no te pasará desapercibido el retablo “La adoración del cordero místico, doce paneles de Jan van Eyck acabados de pintar en 1432. He leído un reportaje sobre la historia de este retablo y he recordado las veces que fui a Gante desde Bruselas y siempre volvía a la catedral para ver la obra de Jan van Eyck.
En 1566 el retablo fue desmantelado para evitar los ataques de los calvinistas. Napoleón lo trasladó al Museo del Louvre en París como si se tratara de un trofeo de guerra. Después de Napoleón la obra volvió a Gante.
En 1816 robaron los seis paneles laterales que se vendieron a un marchante y este a un coleccionista inglés que se los llevó a Berlín. Finalizada la 1ª Guerra Mundial, la iglesia de Gante recuperó las obras.
En 1934 robaron un panel por cuyo rescate pidieron el pago de un millón de francos belgas. La pieza nunca apareció y el conservador del Museo de Bellas Artes de Bruselas acabó unos años después una réplica que se instaló en el retablo. Parece ser que la pieza original sigue hoy sin aparecer.
Los nazis escondieron el retablo en una mina de sal hasta que fue liberado por los aliados. En aquella mina abandonada en los Alpes austriacos, estaban depositadas más de 12.000 obras de arte. La devolución del retablo “La adoración del cordero místico” a Bélgica fue dirigida por el propio Eisenhower.

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