lunes, 31 de agosto de 2009



"EL INTERCAMBIO", (“Changeling”, palabra que, al parecer, no tiene traducción en español y que alude a la creencia de que unas hadas han sustituido a un niño por otro), es una película dirigida por Clint Eastwood e interpretada por Angelina Jolie, John Malkovich, Jeffrey Donovan..., estrenada en 2008.
Película basada en hechos reales.
En 1928, en Los Ángeles, Christine Collins (Angelina Jolie) es una madre soltera de los suburbios que se despide de su hijo Walter y acude a su trabajo de operadora telefónica. Al regresar a casa, el niño ha desaparecido sin dejar rastro. Meses después, la policía, a la que le vendrá muy bien la publicidad que surgirá de un reencuentro público, le entrega el niño, pero nada más verlo asegura que ese chico no es su hijo. A pesar de ello, Christine se lleva a casa al niño, pero insiste en que se continúe la búsqueda de su verdadero hijo. Intenta convencer a la policía de que sigan buscando, pero pronto descubrirá que en Los Ángeles una mujer no debe enfrentarse al sistema si quiere sobrevivir.
Tachada de loca e incapacitada por la policía, encuentra un aliado en el reverendo Briegleb (John Malkovich), que la ayudará en su lucha contra la mentira.
Mientras, un asesino en serie sigue libre hasta que por casualidad un detective da con la pista adecuada. Con la captura del asesino y la imposibilidad de seguir escondiendo la realidad, la película cambia de registro.
La corrupción policial, está aquí en el punto de mira, llegando a internar a la fuerza en psiquiátricos a las personas que ponen en evidencia las mentiras oficiales o los abusos.
Clint Eastwood vuelve a demostrar que es un maestro y hace una excelente propuesta en la puesta en escena, una dirección de actores impecable, con la intensidad necesaria y una buena gestión de las emociones.

miércoles, 26 de agosto de 2009



















REYES CALDERÓN, profesora universitaria y experta en temas relacionados con la transparencia y el buen gobierno empresarial, publicó en 2005 la novela "LAS LÁGRIMAS DE HEMINGWAY", novela que leí en su momento. Es en esa novela en la crea a su personaje la juez Lola MacHor, que es quien investigará los hechos con la colaboración de Juan Iturri, un inspector español de la Interpol.
Esos mismos personajes aparecen en la novela que he leído ahora "LOS CRÍMENES DEL NÚMERO PRIMO". La juez Lola Mac, pelirroja, tenaz en su trabajo, madre de tres hijos, sin demasiada convicción en sus creencias religiosas, casada con un médico profundamente religioso como buen navarro, dedicado a la investigación, en colaboración con el inspector Juan Iturri y la ayuda de un cándido e inteligente fraile del monasterio antiguo matemático, será quien investigue, en su experiencia más dura como juez, un robo sacrílego, la muerte macabra de dos personajes importantes de la Iglesia, el arzobispo de Pamplona y el Abad del Monasterio Benedictino de Leyre y el significado de un número primo. Las diferentes piezas solo encajarán al final de la novela. Los hechos forman parte de un plan más complejo que el que inicialmente parece y que la juez deberá desentrañar De forma colateral aparecen delitos como la pederastia y la violencia doméstica.
Novela que engancha y he leído con interés.
Novela con descripciones minuciosas, en ocasiones brillantes, aunque también existan repeticiones forzadas por la aparición de nuevos personajes en el discurrir de la novela que obliga a situar los hechos. Pero la novela tiene buena construcción narrativa y es una historia compleja bien pensada.
En mi afición por la novela negra de autores y autoras españoles, descubro a una autora y a unos nuevos personajes en un género que tiene mucho de convencional. Pero en todos los temas de las obras de este género y en los personajes que se crean, hay diferencias y singularidades.

martes, 25 de agosto de 2009



He descansado unos días fuera de Santander: tranquilidad, sol, playa, algunos paseos, lectura de algunos de los libros pendientes...

Antes de irme estuve viendo en el Palacio de Festivales "PARTENOPE" , ópera barroca del XVIII, con una muy cuidada puesta en escena, donde se notaba el estilo y personalidad del argentino Gustavo Tambascio, buenos intérpretes, espléndida orquesta de cámara y una muy meritoria producción del Instituto de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) del Ministerio de Cultura. Resultado para mi: uno de los mejores espectáculos de ópera que yo he visto en Santander. En una programación tan de "cortar y pegar" como la del Festival de Santander en los últimos años, se agradece esta ópera.

En TV vi la película "MELODÍA DE SEDUCCIÓN" , cuyo atractivo es comprobar la temperatura erótica de algunas secuencias entre Al Pacino y Ellen Barkin. Solo por ello y por las canciones de Tom Waits que suenan en algún momento, la película merece la pena.

jueves, 13 de agosto de 2009



OS DEJO CON ELLA. ME VOY UNOS DÍAS DE VACACIONES.

domingo, 9 de agosto de 2009

NELSON MANDELA (1918)) ingresó en prisión en 1962 como líder del brazo armado del Congreso Nacional Africano enfrentado al apartheid, que durante tanto tiempo estuvo vigente en Sudáfrica. Un sistema que jerarquizaba a la gente: blancos, mestizos, indios y negros.
Que hoy hayan cambiado las cosas en Sudáfrica, se debe, entre otras razones, a la poderosa inteligencia emocional de Nelson Mandela que encontró eco en la intuición de sus enemigos y desactivó de esa forma una incomprensión edificada durante muchos años de enfrentamiento.
De ello trata el magnífico y en ocasiones conmovedor libro del periodista JOHN CARLIN "EL FACTOR HUMANO. NELSON MANDELA Y EL PARTIDO QUE SALVÓ UNA NACIÓN".
Mandela supo con inteligencia, bondad y pragmatismo canalizar la pasión por el rugby de los afrikáner, la minoría blanca de origen holandés, en el objetivo estratégico de superar el apartheid y conseguir un gobierno de integración, de mayoría negra sin que se desencadenara una guerra civil.
El rugby y el equipo sudafricano, los Springboks, representaba un estilo de vida, una concepción de lealtad al grupo y una confianza en la supremacía de la raza blanca frente al negro, que prefería el fútbol europeo y odiaba el rugby en la medida que representaba las ideas que habían encarnado y sustentado el apartheid. El equipo nacional de rugby sabía lo que era ver sometida Sudáfrica al aislamiento internacional en temas deportivos, algo que le había privado de giras internacionales.
Mandela sabía lo que representaba en el país el deporte favorito de sus enemigos y quiso unir a toda la nación bajo la bandera del rugby.
John Carlin, un especialista en la política sudafricana y amigo de Mandela, nos cuenta la historia de ese objetivo que se impuso Mandela y lo hace recogiendo los testimonios de las decenas de personajes que estuvieron presentes en esos hechos: el jefe de los servicios de información del gobierno, los líderes del Congreso Nacional Africano, el capitán de la selección de rugby, colaboradores directos y adversarios...
Sudáfrica organizó el Campeonato Mundial de Rugby en 1995. Mandela había salido de la cárcel cinco años antes. Sudáfrica ganó aquel campeonato venciendo a Nueva Zelanda en la final. Mandela asistió al encuentro con una camiseta y una gorra verdes, el uniforme de los Springboks, uno de los símbolos del apartheid más odiado por los negros. Conocía los riesgos, pero sabía que aquel día en el estadio Ellis Park de Johannesburgo podía abrirse un camino que cerrara la peor historia de Sudáfrica, que se viera el final del apartheid y que comenzara un proceso de reconciliación nacional.
No es un libro de creación literaria, Es la narración de unos hechos reales, de unos testimonios, todo ello escrito por un gran periodista como John Carlin. Es un placer leer en El País las crónicas deportivas de John Carlin. Me gustan, como gustaban las de Santiago Segurola antes de que se marchara a “Marca”, o como me han gustado las historias que ha contado “Petón” en la última temporada de “El larguero” en la SER.
Además de recomendar la lectura del libro, una recomendación más: buscad en internet la grabación del "Nkosi Sikeleli Africa" ("Dios bendiga a África"), el himno nacional de la República de Sudáfrica cantado aquel día por su selección de rugby. Es el mismo himno que la población negra cantaba en el funeral de Steve Biko, uno de los líderes del movimiento antiapartheid, asesinado en Pretoria en 1977, escena que se podía ver en la película "Grita libertad".

jueves, 6 de agosto de 2009



Veo la película "EL LECTOR", película de 2008, dirigida por Stephen Daldry e interpretada por Kate Winslet, David Kross, Ralph Fiennes, Lena Olin, Bruno Ganz. Todos ellos magníficos.
En la Alemania de los años 50, un día, un adolescente se encuentra mal en la calle y le ayuda una mujer, Hanna Schmitz, revisora en un tranvía, atractiva, y enigmática. Cuando le lleva unas flores para agradecer su atención, comienza un juego de seducción por parte de ella. Atrapados en el vértigo del erotismo, comienza una larga relación clandestina, donde ninguno de los dos considera la diferencia de edad que media entre ambos. El tiene 15 años y ella 36. Los encuentros sexuales se convierten en una razón principal para vivir. Como Hanna es analfabeta él le lee los libros que forman parte de sus tareas escolares. Un día Hanna desaparece. El sigue con su vida, y estudia derecho en la universidad. El reencuentro con aquella mujer se produce cuando acude a un juicio contra antiguos criminales de guerra, que se celebra en Berlín.
Se trata de la adaptación de una novela del alemán Bernhard Schlink, que bucea en las heridas no cicatrizadas del traumático pasado nazi de su patria.
Un film amargo. Se apunta a una culpa colectiva en el drama de la Alemania nazi, que no admite absolución, sólo queda pasar página y esperar que las nuevas generaciones, libres de aquella culpa, lo hagan mejor. La escena final con el encuentro del protagonista con una víctima del holocausto está pidiendo esa absolución y ese pasar página. Pero no parece posible.
El personaje de Hanna Schmitz, bien interpretado por Kate Winslet, es el personaje más enigmático e interesante de la película. Hanna es una mujer analfabeta con una pasión por leer y una enorme vergüenza por no poder hacerlo. Fue carne de cañón de las SS y su inocencia o su ignorancia, le hacen reconocer su pasado como guardia en un campo de concentración sin darse cuenta del horror que significó. La película vuelve a insistir en el eterno remordimiento alemán respecto al Holocausto y las atrocidades nazis en la guerra.

lunes, 3 de agosto de 2009



DE CENTENARIOS
JUAN CARLOS ONETTI
(Montevideo 1909 – Madrid 1994)
Prefiero escribir comentarios de mayor autoridad que los míos. Mario Vargas Llosa dijo que "es uno de los grandes escritores modernos". "No ha obtenido el reconocimiento que merece como uno de los autores más originales y personales, que introdujo sobre todo la modernidad en el mundo de la literatura narrativa". "Su mundo es un mundo más bien pesimista, cargado de negatividad, eso hace que no llegue a un público muy vasto"; "es un escritor enormemente original, coherente; su mundo es un universo de un pesimismo que supera gracias a la literatura".
Antonio Muñoz Molina habla de sus cuentos y escribe: "A cada lectura el entusiasmo ha sido idéntico, sin conocer nunca la decepción, sino exactamente la alegría inversa de comprobar que no sólo me seguían gustando esos cuentos, sino que me gustaban mucho más que antes, que podía adentrarme mucho más hondamente en ellos a medida que iba adentrándome en mi propia vida".
Durante el régimen militar de Juan María Bordaberry fue encarcelado en 1974.
En 1975 invitado por el Instituto de Cultura Hispánica viaja a Madrid y allí fija su residencia.
Premio Nacional de Literatura de Uruguay, Premio de la Unión Latina de Literatura y Premio Cervantes en 1980.
En 1985 se celebran elecciones en Uruguay, que marcan el regreso a la democracia. El presidente Julio María Sanguinetti, invita al escritor a asistir a su toma de posesión. Onetti agradece la invitación pero permanece en Madrid.
En la tarde del 30 de mayo de 1994 Onetti muere en una clínica de Madrid, ciudad en la que pasó los últimos 19 años de su vida, retirado los cinco finales, sin salir prácticamente de su cama.
Comenzó a publicar cuentos en 1933, un trabajo de creación literaria que mantendrá toda su vida. En "La casa de la arena", aparece por vez primera la ciudad de Santa María, que desarrollará en su novela "La vida breve". En esa ciudad discurrirá la acción de muchas de sus obras. Santa María es la mítica ciudad que toma forma en el mundo narrativo del escritor uruguayo. No es la turbulenta Buenos Aires ni la melancólica Montevideo, sino un lugar incierto entre las dos orillas del Río de la Plata. La ciudad vuelve en la novela "La muerte y la niña", en "El astillero" y en "Juntacadáveres". En 1978 Cuadernos Hispanoamericanos publica el cuento "Presencia", en el que se alude a la situación política de Uruguay; los militares han impuesto una tiranía salvaje en Santa María. En "Dejemos hablar al viento" Onetti incendia Santa María.
En 1993, en la editorial Alfaguara aparece la que será su última novela, "Cuando ya no importe", que hará las veces de testamento literario. Su obra está publicada, pero ahora, Galaxia Gutemberg/Círculo de Lectores está editando sus obras completas.