miércoles, 7 de octubre de 2009



Escribo el comentario que prometí sobre las ELECCIONES EN ALEMANIA
Mal resultado electoral el obtenido por el SPD en Alemania el domingo 27 de septiembre. El porcentaje del 23% de votos, está cinco puntos por debajo de su peor resultado: el obtenido en 1953. Hace 11 años obtuvo el 40% de los votos.
El electorado ha girado a la derecha, confiando que una nueva coalición de los democristianos de la CDU-CSU de Angela Merkel y los liberales del FDP de Guido Westerwelle, defensor de la liberalización de la economía y la bajada de impuestos, se enfrentará mejor a la salida de la crisis de la primera potencia económica de Europa. Los liberales han gobernado durante 21 años con los conservadores y 13 años con los socialdemócratas y ahora regresan al gobierno después de 11 años de estar en la oposición.
Los socialdemócratas han obtenido el peor resultado desde la fundación de la República Federal en 1949 y así lo ha asumido su candidato Frank Walter Steinmeier. La Gran Coalición de los últimos cuatro años, ha pasado una dura factura a los socialdemócratas y apenas ha desgatado a los democristianos.
Los Verdes y la Izquierda han mejorado los resultados en detrimento de los dos grandes partidos políticos que han dado estabilidad institucional y gubernamental a Alemania desde 1949. La CDU de Adenauer, de Erhard y de Kohl y el SPD de W. Brandt, de H. Schmidt y de Schröder.
Se ha quebrado la hegemonía de los dos grandes partidos que en 1976 sumaron el 91,2% del total de los votos emitidos; el 69,4% de los votos en 2005 y apenas suman el 56,8% de los votos del pasado 27 de septiembre.
En el resultado de la CDU-CSU hay mucho de victoria personal de Merkel. La coalición CDU-CSU y FDP suman 308 escaños sobre un total de 598. Si se añaden los escaños complementarios (puestos en cuestión por el Tribunal Constitucional pero aceptados por los Partidos) suman 332 sobre un total de 622. El resultado de la CDU-CSU con el 33,8% de los votos, es su peor resultado desde 1949. La CSU en Baviera, con el 42% de los votos, pierde el 6,7% de los votantes con respecto a su último resultado electoral.
Es cierto que el espíritu de la Gran Coalición ha hecho modificar posiciones políticas a Angela Merkerl, que ha aceptado sin rubor prácticas socialdemócratas ante la crisis, y ese espíritu ha estado presente en la campaña electoral evitando crispaciones en los discursos y en los debates, pero, finalmente, ha empujado al electorado a propiciar un cambio en el gobierno y a apoyar a partidos más minoritarios pero con planteamientos más radicales (los Verdes y La Izquierda de Oskar Lafontaine).
En los resultados electorales se están reflejando los cambios económicos y sociales, las nuevas formas de estratificación social, los nuevos comportamientos generacionales, los desconciertos de la globalización y los penúltimos efectos de la unificación alemana.
Se repetirá la coalición de la CDU-CSU con los liberales, que han gobernado Alemania en muchas ocasiones y Westerwelle, futuro ministro de Exteriores, tratará de hacer recordar la figura de Hens Dietrich Genscher, responsable de las relaciones internacionales durante 18 años. ¿Qué nuevo contrato de coalición firmarán en estos momentos ante temas como el déficit público, la fiscalidad, las políticas sociales, la seguridad social, la integración de Turquía en la UE, la industria del automóvil, la presencia de fuerzas militares en Afganistán, las centrales nucleares o las medidas para garantizar la salida de la recesión?
Creo que Steinmeier era un buen candidato competitivo y pragmático, quizá con una imagen poco cercana, pero era un candidato sólido que intentó un éxito electoral sobre un programa bien estructurado. Era complicado acercarse al resultado electoral de los democristianos como consiguió Gerhard Schröder en 2005. No ha conseguido transmitir su idea de que había que evitar la coalición de Merkel y los liberales. La abstención, que ha llegado al 28%, algo insólito en las elecciones alemanas, ha afectado fundamentalmente a los socialdemócratas.
La socialdemocracia alemana, con 145 años de historia, parte sustancial de la historia del movimiento obrero y del socialismo democrático, deberá renovarse, revitalizar un discurso que le hizo ser referente en Europa, recuperar sus señas de identidad como partido de masas y trabajar por la unificación de la izquierda, atrayendo a un sector de los Verdes y de La Izquierda, radicalizada hoy en su discurso pero de origen socialdemócrata, comenzando por Oskar Lafontaine, ministro de Hacienda del SPD en 1998 y que rompió con el partido, cuando no estuvo de acuerdo con la Agenda 2010, el programa que defendió Schröder y que hizo suyo como programa de gobierno el SPD, muchas de cuyas reformas fueron aceptadas por la propia Angela Merkel.
Sin la responsabilidad del gobierno, quizá el SPD intente que se acerquen hacia las posiciones socialdemócratas los excomunistas de la Alemania del Este, caso de Gregor Gysi, hoy en La Izquierda y sobre los que pesa todavía la sospecha de la larga sombra de la Stasi, la policía política del régimen comunista de la Alemania Oriental. La Izquierda de Lafontaine supera al SPD en cuatro de los länder del Este. En Brandemburgo, la región que rodea la ciudad-estado de Belín, el SPD es la primera fuerza con el 31’3% de los votos seguida de La Izquierda con el 27’8%, que se sitúa por delante de la CDU con el 21% de los votos.
Muchos alemanes dicen que habrá concluido la unificación cuando antiguos dirigentes comunistas abandonen sus viejos esquemas ideológicos y acepten integrarse en la socialdemocracia en un proceso de unificación de toda la izquierda, que mantenga su vocación de gobierno y recupere su tradición de partido de masas.











4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por explicar tambien las cosas. Que bien que aun hay gente de la clase politica que entiende de politica y analiza las cosas en profundidad.

Sotogrande dijo...

Qué envidia, un partido liberal en el gobierno. Aqui tenemos a los socialista del puño en alto (absolutamente alucinante) y un partido ultra-conservador que se autodenomina de democrácia-cristiana pero liberal (sic), con raíces enterradas en la época de Franco y remaquillado para que parezca que respetan a las minorías (condición indispensable para una democrácia).
Y no hablo de los degenerados comunistas o de los periféricos para no aburrir.


Y dice Vd. que van a bajar los impuestos? Oiga si un alemán puede disfrutar del Sol de España y pagar impuestos en su país, como puedo darme de baja de ser español y pagar impuestos en cualquiera de los países que hacen políticas coherentes para la creación de riqueza y prosperidad?

Como individuo, qué defensa tengo contra el estado español?

Buaaa,buaaa, buaaa,...

adelaida dijo...

Sotogrande: somos el país de la pandereta !!!
Lamentable

Esceptico dijo...

Los resultados de las últimas elecciones alemanas dan de si para mucho debate y reflexión.
Os agradezco los comentarios.