martes, 7 de julio de 2009

He leído "ANATOMÍA DE UN INSTANTE" de JAVIER CERCAS, un escritor al que descubrimos (yo al menos así fue) con "Soldados de Salamina".
A partir de un instante que reúne tres actitudes valientes, la de Adolfo Suárez, la del General Gutiérrez Mellado y la de Santiago Carrillo, que en medio de las balas disparadas por los secuestradores del Congreso de los Diputados no se lanzaron al suelo el día del golpe de estado, el 23 de febrero de 1981, Cercas escribe un intenso relato.
Utilizando un buen material de fuentes documentales, todo tipo de informaciones, bibliografía y con un estilo de buen narrador desarrolla la crónica de aquel día, consiguiendo que el lector se sumerja en un tiempo, un ambiente y unas circunstancias. Es un ensayo sobre el fallido golpe de Estado del 23 –F y, de alguna forma, es un libro sobre la Transición. No es un libro de ficción: es una crónica de los acontecimientos y, sobre todo, una interpretación de los hechos que se vieron, aquellos que quedaron registrados por las cámaras de Televisión Española y que por ello nadie podía reinterpretar.
En resumen, el golpe (o los golpes) tenía una estrategia clara: Tejero tomaba el Congreso en Madrid, Milans sacaba los tanques a la calle en Valencia, la Acorazada Brunete tomaba Madrid, se sumaban apoyos de diferentes Capitanías Generales... y entonces Armada acudía a la Zarzuela a ofrecerse como solución, como presidente de un gobierno de unidad nacional.
El libro de Cercas narra lo que sucedió, las hipótesis de lo que pudo suceder, los detalles más conocidos, los menos conocidos o los que no se conocieron. Seguramente no aporta grandes novedades a lo que hasta ahora se conocía, salvo las aportaciones sobre el papel del CESID. Pero aun así, con los datos de los que dispone el autor sobre el CESID, no puede sino elaborar hipótesis.
El libro deja claro que fue el Rey quien paró todo aquello y que "si hubiese deseado su triunfo, el golpe hubiese sin la menor duda triunfado". Se apunta también que, aunque hubo excepciones, "apenas hubo un gesto de rechazo público al golpe en toda España hasta que ya de madrugada el Rey compareció en televisión condenando el asalto".
Lo que inquieta al escritor es el sentido de unos gestos: el coraje de Adolfo Suárez, de Manuel Gutiérrez Mellado y de Santiago Carrillo manteniéndose en sus escaños o plantando cara a los ocupantes del Congreso. Cuando el golpe de Tejero, de Milans y Armada, quizá las tres personas más despreciadas del Parlamento fueron las únicas que supieron mantener un instante de dignidad.
Tenemos una historia que ocurrió, auténtica, con personajes históricos conocidos, con sujetos existentes. Sobre ello escribe y reflexiona el autor en un intento de contar lo que verdaderamente sucedió y sobre las dificultades de escribir sobre lo ocurrido. Para poder interpretar dichos comportamientos, Cercas emprende una reconstrucción documentada e incorpora hipótesis de aquel instante, de ese momento único y singular, que resume historias personales y derroteros colectivos.
Quizá sea duro cuando define a Suárez como "un falangistilla de provincias y un arribista del franquismo y un chisgarabís sin formación", pero necesitaba patrones convencionales para explicar conductas y trayectorias, porque los protagonistas del 23-F no fueron personajes de ficción o irreales.
La carrera política de Adolfo Suárez terminó el 23 de febrero de 1981, justo cuando realizó el último acto verdaderamente político permaneciendo sentado en su escaño mientras las balas zumbaban a su alrededor en el hemiciclo del Congreso.
Es un trabajo documental que ordena con habilidad y a veces con repeticiones, unos hechos históricos para construir un relato sobre la ética de la traición, sobre el fin y la justificación de los medios y sobre el comportamiento de determinadas personas en un determinado instante vital, personal e histórico. Quizá porque el 23-F puede describirse y contarse, pero es más complicado que pueda explicarse.
Libro, desde mi opinión, muy recomendable.

2 comentarios:

Sotogrande dijo...

Estoy de acuerdo contigo.
Es difícil que pueda explicarse el 23F.
Y lo mismo con la Transición. Yo en este tema paso de escéptico a sencillamente incrédulo.
Y de la Victoria Prego no me creo ni cuando dice los buenos días.

Escéptico dijo...

Pero, Sotogrande, el 23F existió y existió la Transición. Un saludo