viernes, 8 de febrero de 2008



Después de seis temporadas acabo de ver en Canal+ el último episodio de Los Soprano titulado "Hecho en América" en explícito homenaje a Scorsese, con un desenlace bastante normal por imprevisible: un largo fundido en negro después de ver cómo la familia de Tony Soprano, los dos hijos y el matrimonio se reunen con normalidad a cenar en un restaurante. Está claro que los iconos y la familia de un ganster, ganster incluido, son de carne y hueso y por eso se reunen a cenar o lloran como cualquier mortal.

Unos minutos antes del final, asistimos a la eliminación de Phil Leotardo, el capo de Nueva York, por uno de los hombres de confianza de Tony, el capo de Nueva Jersey.

Cine en estado puro. Un James Gandolfini inolvidable, unos guionistas exatraordinarios, una perfecta selección de canciones y muchos momentos cinematográficos espléndidos.

Durante estos años he sido un fiel seguidor de esta serie americana con 21 premios Emmy. En esta ocasión ya no podré esperar que haya próxima temporada, ¿o sí?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una serie muy muy buena